No me acostumbro. Me duele cada
vez más. Me parece que fue ayer, pero Manu fue atropellado –sobre la vereda del
Monumento de los Españoles- el 14 de mayo de 2006 y murió al día siguiente. Pasaron
siete años, y sin embargo, para mí, el tiempo quedó detenido, es una
experiencia que no puedo sobrellevar.
Ayer acompañé a María y a su
familia ( arriba en la foto) para ver la estrella amarilla que la Ciudad colocó en homenaje a su
amado hijo Jonathan Cancino, atropellado por Aníbal Muzzi, el pasado 16 de
enero a la altura del 3800 de Avenida Eva Perón.
Manu y Joni murieron a la misma
edad, de forma muy parecida. Pudimos estar con ellos, abrazar esos cuerpos,
grandotes y largos que estuvieron 18 años hermosos al lado nuestro. Estaban
destrozados por dentro aunque sin marcas por fuera con las cabezas vendadas por
un enorme edema cerebral.
Yo sé que hay muchas madres que no
pueden despedir a sus hijos y se lo comenté a María. Pensando que están dormidos,
lo podemos soportar.
María, acaba de perder a su
marido, que crió a Jonathan desde los 3 años, yo perdí a mi esposo nueve meses
después de la muerte de Manu, enfermó de un cáncer fulminante. La violencia vial mata, los violentos matan, nuestra sociedad llena de víctimas, lo sabe bien.
María tiene dos preciosos hijos más, yo
tengo otro hijo adorable, no estamos solas, pero no nos podemos acostumbrar.
Por eso, y por la injusticia que
como llaga avanza, porque las causas no prosperan, porque los abogados caranchos las venden como Probation, porque los jueces no aplican las penas que tienen a mano, porque la policía no hace los controles de alcoholemia, ahora obligatorios, sobre los conductores que acaban de matar a una persona indefensa (a Muzzi, el conductor que mató a Jonatham no le hicieron control de alcoholemia en la Comisaria 40), en fin, porque nuestra sociedad todavía no reacciona y sigue indiferente, y no acompaña a las víctimas, y faltan testigos, y las causas prescriben....
Y
Porque la mala administración de Justicia tampoco mejorará con la Reforma del Ejecutivo, pues no ayudará a las víctimas,
Para evitar caer en la desesperanza, le pido ayuda a San José.
Ema Cibotti, mamá de Manuel Lischinsky
Presidenta de ACTIVVAS.
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