Cuando el control da positivo, se mide la tasa de alcohol en aire, y si esto da más de 0,25gr de alcohol por litro de aire espirado, lo que equivale a 0,50gr/ en litro de sangre, (límite aceptado por la ley 24.449, art. 48), el conductor/a debe bajar del vehículo que es llevado por una grúa a una playa municipal y devuelto a partir de las 9 de la mañana. La ley prohibe que un acompañante del conducto/ar se haga cargo del acarreo del vehículo. Se controlan también los documentos del vehículo y la vigencia de la licencia de conducir en el mismo acto.
Cuando el conductor/a se niega a realizar el control, la ley dice que se considera positivo y por lo tanto se procede con los pasos siguientes. Si el conductor/a persiste en la negativa a descender del vehículo, se da aviso a una unidad policial, y frente a la posibilidad del arresto, las personas terminan bajando del vehículo y viendo como la grúa se lo lleva.
En todos los casos que dieron positivo, ACTIVVAS observó a conductores/as bajar de sus vehículos, todos de alta gama, con expresiones agresivas hacia los miembros del cuerpo de tránsito, que iban en aumento cuando el operativo llegaba a su fin con el traslado del rodado hacia la playa municipal. En ninguno de los casos observamos actitudes cooperativas ni colaborativas. Una sola persona entendió, después de protestar durante media hora, que conduciendo bajo los efectos del alcohol ( tenía: 1,67gr/l) había puesto en riesgo su vida y la de terceros.
El cuerpo de tránsito de CABA, está siendo empoderado, son jóvenes varones y mujeres, que a simple vista, cumplen su tarea, con decisión y calidez. El gobierno de la Ciudad debe multiplicar esa fuerza de control que sanciona con la requisa del vehículo y logra eficacia en esta acción preventiva.
