El
pasado 7 de septiembre en el Salón Belgrano del Senado de la Nación, los
familiares de víctimas viales que estamos nucleados en el Grupo 1 de Derechos
Humanos y Justicia de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, lanzamos el PrimerForo contra la Violencia Vial.
Entre
las muchas ideas que se debatieron, figura una que está muy enraizada en el sentido
común de nuestra sociedad y que debemos combatir:
El
común de las personas todavía cree equivocadamente que los accidentes de tránsito son
fatalidades, y por lo tanto delitos que comete “gente como uno”.
En
este sentido, el Dr. Eduardo Baeza Jefe de asesores del la Senadora Nanci
Parrilli, comentó la dificultad que tiene que vencer cualquier proyecto de Ley
que debe cuestionar a quiénes consideran el flagelo vial como “delitos de gente honorable”.
En
igual sentido se explayó Bartolomé Vargas, Fiscal Especial de Seguridad Vial de
España quien comentó que también en su país se lo consideraba “delincuencia de caballeros, de gente
honrada”.
Por
esta razón y para reafirmar nuestra voluntad democrática, Zulma Tarditti (mamá
de Hernán Ferreira Pinto) expresó en la apertura del Foro:
“Está muy lejos
de nosotros buscar venganza, muy por el contrario, estamos trabajando para
construir una sociedad más solidaria en la vía pública, donde todos
comprendamos el riesgo permanente y la responsabilidad que conlleva conducir un
vehículo que puede convertirse en un arma letal…”
Y
para subrayar esta bárbara aceptación del delito vial, Mónica
Laffite (mamá de Lucas Levin), comentó que “por
cada muerto por inseguridad, hay 15 de tránsito, pero sucede que el que comete
un homicidio en tránsito es el hombre común. No nos queremos ver como
responsables”.
Como
una síntesis nos queda el mensaje del Dr. Bartolomé Vargas:
Es fundamental
el trabajo sobre el concepto de RECHAZO MORAL SOCIAL como una actitud clave ante los delitos y los delincuentes viales, a fin
de lograr la disuasión de conductas delictivas en el transito.
La Justicia
penal debe ser DISUASORA, EFICAZ Y REHABILITADORA. En España los descensos
drásticos de la siniestralidad vial se han debido al endurecimiento de las
leyes penales y su aplicación efectiva.
En
definitiva sostenemos que si no hay justicia efectiva, seguirá imparable la
violencia vial.
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