CONCIENTIZACIÓN VIAL EN EL INSTITUTO GINÉS DE LA QUINTANA DE MORENO

Jueves 27 de octubre 2016: 
ACTIVVAS PRESENTE ENTRE LOS JÓVENES ESTUDIANTES. UNA JORNADA SOLIDARIA DEDICADA A REFLEXIONAR SOBRE EL RIESGO VIAL QUE PRODUCE EL ALCOHOL AL VOLANTE Y EL USO DEL CELULAR. GRACIAS POR RECIBIRNOS INSTITUTO SECUNDARIO GINÉS DE LA QUINTANA DE MORENO.

LA REBELIÓN DE LAS VÍCTIMAS NO CESA

MI NOTA EN CLARÍN 24 DE OCTUBRE DE 2016


Aquí la nota, por si no pueden entrar al enlace:

La rebelión de las víctimas que no cesa.

Ema Cibotti

Presidenta de ACTIVVAS, Asociación civil contra la violencia vial.

El 28 de febrero de 2013 publiqué en este diario y bajo el mismo título una columna de opinión sobre nuestros duelos públicos después de la muerte inesperada y violenta de nuestros seres amados. Entonces identificaba: “víctimas que reclaman, espetan, intervienen, contestan, y sobre todo y cada vez más y mejor, exigen rendición de cuentas”. Hoy reconfirmo que esta voluntad de los deudos se ha transformado en un activismo cívico que no para de crecer porque la inseguridad no cede y suma víctimas de crímenes aberrantes mientras los controles de policía y la administración de justicia funcionan muy mal y en todas las jurisdicciones aunque en cada una tengan vicios específicos.

No nos acostumbramos. Enfrentamos los discursos que han pretendido anestesiarnos. Impactados pulseamos con la voz que tomó como bandera: “la inseguridad es una sensación”. Un retórica vaciada de todo sentido común y estigmatizadora de la pobreza pero bien disfrazada de progresía. Enloquecedora. Tanto como lo fueron las voces dilectas de las plumas que esgrimían como un estribillo: “no tengo confianza en la justicia argentina”. Esa frase la leí muchas veces nada menos que en los blogs de los pensadores del Derecho desde los inicios de esta segunda década del siglo. Era, es, una muestra evidente de que el sistema estaba haciendo implosión. Y lo decían mientras nos señalaban con el dedo admonitor, acusándonos de  exigir “mano dura”. Pero no nos arredramos, ni nos acostumbramos ante semejante manifestación de cinismo al descubierto.

Sufrimos la violencia inesperada en carne viva y el trauma nos lastima y sigue adentro alojado, por eso no nos acostumbramos.

Conocemos los rostros de jueces y de fiscales y de secretarios, claro que sí, imposible no hacerlo si son miles las horas empeñadas en acompañarnos los unos a los otros, para que nos atiendan, para empujar las causas, para mendigar justicia, para entender los fallos, donde casi siempre las víctimas están ausentes, y no por muertas sino por ignoradas.

Tampoco nos acostumbramos a la retórica jurídica sobre las supuestas buenas intenciones de los encausados, ¿acaso de buenas intenciones no está empedrado el camino del infierno?

Empezamos a exigir rendición de cuentas a los administradores de justicia, y todavía podemos demostrar que somos una sociedad más vital que el Estado y sus instituciones. Pero no estamos en el siglo XX para celebrarlo. En el siglo XXI no sobreviviremos con un Estado bobo, y menos aún si seguimos en deuda con los nuestros, porque la anomia no cesa, el imperio de la Ley no nos sujeta, hemos cruzado el umbral de la barbarie. Por muy doloroso que todo esto sea, no bajemos los brazos, no nos acostumbremos. 

Quién representa a la víctima cuando la Fiscal de Juicio falta injustificadamente a la Audiencia: JUSTICIA PARA MAXI BARBONA

Es muy difícil escribir con la impotencia taladrando el corazón. Conozco la impunidad en carne viva, pero en nuestro país, la administración de Justicia siempre empuja el límite de lo insoportable un poco más. Eso fue lo que pasó hoy 7 de octubre.
Habíamos llegado con anticipación para la audiencia del TOC 21 presidido por el Juez Barroetaveña, con los jueces Bossi, Dias, Ranuscchio y Seco Pon. Por fin tenía que empezar el juicio por Maxi, embestido y muerto el 6 de mayo de 2013 en Avenida Alberti y Mariano Acosta de la Ciudad de Buenos Aires.
En la vereda del Tribunal Romina Martín - la esposa de Maxi- me presentó a Daniel, el papá. Nos conocíamos por facebook y por twitter, porque como Daniel vive en Saénz Peña, Chaco, y es locutor de radio, desplegó su pedido de ayuda por el eter y su grito me llegó a través de Belén Badía, amiga y locutora de radio Del Plata. Nos contactamos con Daniel en junio de 2013 y entonces busqué a Romina.
Encontré una jovencita increíble, madraza de sus dos hijos y determinada a hallar justicia para el amor de su vida. 
En enero de 2014, la periodista Cecilia Insigna de TN se interesó en la historia de Romina y el caso de Maxi cobró más visibilidad a través del noticiero del canal.

(Creímos que estabamos cerca de tener una buena ley penal vial. No fue al final así, el proyecto actual continúa sin obligar a sanciones efectivas. Pero entonces con Romina y con muchos otros familiares de víctimas, no lo podíamos saber). 

Después de mucho bregar, de buscar evidencias, de ir a la misma esquina a las 2h de la madrugada, de revisar las cámaras de la zona hasta encontrar el pequeño destello de luz que evidenciaba el momento del choque del camión conducido por Corradini a la moto en la que viajaba Maxi, después de 1000 horas de trabajo incansable, Romina, Daniel y la mamá de Maxi, se podían sentar a esperar, esperanzados el principio de la audiencia del Juicio Oral. 

Y sucedió una vez más la impunidad. La fiscal de Juicio, María Luz Jalbert, NO SE PRESENTÓ. 
El presidente del Tribunal, Dr. Diego Barroetaveña, después de dos horas de espera, llamó a Romina, a los padres de Maxi que viajaron 15 horas en colectivo desde el Chaco, y a los abogados para pedir disculpas. Nunca le había pasado algo semejante. Y lanzó: "los viernes no quieren trabajar". Y después agregó, la fiscal será acusada de "incomparencia injustificada". 
La fiscal, que debe acusar representando a la sociedad, dejó a Maxi Barbona, dejó a la víctima, en total indefensión. 
No me alcanza con decirles que el shock fue muy fuerte para la familia de Maxi abrumada por el dolor. Tampoco que la indignación de los abogados se expresó con firmeza. Ellos saben querellar y seguirán haciéndolo. 
Todos sentimos algo más: el abismo de la falta de sentido de vivir en sociedad.
¿Y entonces qué hicimos? Nos reconfortamos como hacen las personas de paz y de buena voluntad. 
La despedida fue sin lágimas, cada uno lloró después. 
Volveremos el próximo viernes 14, fecha fijada para la segunda audiencia, y mientras tanto les pido a todos que nos ayuden a que el nombre de Maximiliano Barbona no se olvide en la boca de ninguna persona de buena voluntad.

 Ema Cibotti para ACTIVVAS