La terrible interpretación jurídica que sostiene que un conductor alcoholizado está eximido de culpa, aunque mate o genere lesiones graves, porque la borrachera que lleva encima le impide saber lo qué hace, no es nueva y se ha aplicado en nuestro país en innumerables casos, siempre vulnerando el derecho de las víctimas a la justicia.
Decir esto, no significa aceptarlo. Ha sido así durante mucho tiempo, pero eso no lo hace admisible. Es una interpretación reñida con el sentido común, la razón, y la posibilidad de vivir en paz en sociedad.
Este atajo legal es el que pretende exigir hoy el abogado del conductor que mató a Carlos Díaz, después de conducir alcoholizado durante kilómetros por la ruta 11, transgrediendo las advertencias del policía que lo seguía.
Faltó Estado, faltó autoridad de control en la ruta, faltó respuesta del 911. Pero no le quitemos por eso responsabilidad absoluta al conductor que tiene culpa de su accionar porque no ES un borracho, ESTABA borracho, y eso significa que su conducción alcoholizada fue su elección y no una imposición de ninguna naturaleza. Como decimos en ACTIVVAS: "CONDUCIR ALCOHOLIZADO NO ES UN ACCIDENTE".
El problema del alcohol al volante es un flagelo en todo el mundo. Hay una ONG, MADD, que lo enfrenta sin atajos. Su trabajo merece ser seguido con especial atención, y lo realiza tanto en los Estados Unidos como en Canadá. En la región de Quebec, MADD (Les
mères contre l´alcohol au volant) consiguió que las autoridades penales apliquen un agravante en la comisión del delito si el conductor va alcoholizado. Desde 2008, los espera en todos los casos, la cárcel y la sanción es siempre de cumplimiento efectivo. También MADD ha recomendado Tolerancia 0 al alcohol para los jóvenes conductores hasta los 21 años. Recién después se permite que conduzcan sin sobrepasar el dosaje de hasta 0,8grs de alcohol en sangre.
Como decía el gran maestro que fue Paulo Freire: "Las cosas no son así, están así y por eso es posible cambiar".
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