La agonía de Nicolás Belloldo
en un Hospital de Gualeguaychú, ciudad donde fue atropellado por un conductor
que acababa de evadir un control de
alcoholemia y que conducía además sin
licencia porque la tenía retenida por la autoridad de Tránsito Municipal,
expresa de manera dramática por qué decimos que la violencia vial es un delito, y que los violentos al volante, matan. El asesino de Nicolás debe recibir
todo el peso punitivo de la Ley.
Nos solidarizamos con el
dolor de los familiares directos de Nicolás,
a quienes abrazamos a la distancia y apoyamos todos los reclamos de Justicia que sus amigos y afectos harán
para que el crimen de Nicolás Belloldo
no quede impune.
Urge saber el nombre del imputado, no basta con identificar su acción
brutal, hay que nombrarlo.