UN ACCIDENTE NO SIEMPRE ES UN ACCIDENTE... Conducir alcoholizado...NO ES UN ACCIDENTE...Violar la prioridad de paso peatonal...NO ES UN ACCIDENTE...Superar la velocidad permitida... NO ES UN ACCIDENTE...Violar la luz roja.... NO ES UN ACCIDENTE...Burlar las leyes de tránsito...NO ES UN ACCIDENTE...Un accidente CASI NUNCA es un accidente...



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Nuestra Asociación tiene como objetivo realizar acciones con prácticas sustentables que reduzcan la inseguridad vial y las violencias conexas a ella. Queremos motivar la toma de conciencia ciudadana e impulsar una agenda de prioridades en los órganos de decisión pública.
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viernes, 3 de febrero de 2012

MONTREAL SOSTIENE LA SEGURIDAD VIAL COMO BIEN COMUN

Los habitantes de la provincia canadiense de Quebec, hoy dicen: "ayer estábamos peor". En efecto, en materia de seguridad vial, las generaciones mayores reconocen un pasado más temerario en las rutas. 
En los años 1960, la provincia de Quebec tenía 2000 muertes viales por año y hoy el promedio ha bajado a 500 decesos anuales para una población que ronda los 8 millones de habitantes. Hace 40 años, no se hablaba de seguridad vial y tampoco había leyes que penalizaban el alcohol al volante, ni el exceso de velocidad, ni la fuga del lugar después de producida una colisión, como sí se hace actualmente.
Sin embargo, pese a la disminución tangible de la tasa de siniestralidad y muerte, lo que todavía aflige y mucho a la sociedad quebequense y por cierto a todo el Canadá, es lo mismo que preocupa en todas partes del mundo. Porque más del 25% de las muertes viales corresponden a jóvenes de menos de 25 años pero esa franja etaria, entre 16 y 24 años, detenta solo el 10% de los registros de conductor. Es decir que aunque son menos al volante están más expuestos al riesgo vial y lo sufren en proporción mayor que el resto de la población. Se trata de la generación del futuro y por eso hay muchos programas focalizados en la juventud. 

Entre las ciudades de la provincia de Quebec, Montreal se destaca por el caracter cosmopolita de una comunidad de vida intensamente urbana, que aprecia sobre todo el derecho al aire puro y al encuentro intercultural.


Entre las buenas prácticas viales observables en la ciudad de 3 millones de habitantes, vale la pena destacar un buen diseño de transporte público de pasajeros articulado como una red de buses y estaciones de Metro que funciona con regularidad hasta pasada la media noche. Junto con esta política de transporte, se destacan en la Ciudad, las señales de tránsito. Advertencias que desnudan cualquier transgresión, porque son claras y visibles en ambos sentidos del tránsito y sobre ambas aceras. Imposible justificar la falta a la norma. Nadie discute con la policia que suele hacer docencia cuando aplica la multa

El disco Pare, se respeta siempre, y como la señal lo exige, los conductores se detienen siempre:

La senda peatonal es siempre respetada y las señales que advierten el posible paso de los peatones se reiteran alrededor de las escuelas primarias, que están zonificadas por "corredores escolares" que animan a los chicos y chicas a llegar y a salir a pie de la escuela. 





Hay intervenciones urbanas que defienden el tránsito peatonal, cambiando el sentido de las calles para que la gente pueda caminar hasta un parque sin riesgo.



Los parques y plazas son la quintaesencia para practicar lo que los canadienses llaman sin pizca de ironía, "transporte activo", esto es: práctica peatonal y ciclista.

El contraste con Buenos Aires, que mostramos desde ACTIVVAS, fue cubierto por la seccion en español de Radio Canada Internacional, y puede verse en el informativo de TV haciendo un doble clik sobre la imagen derecha del presentador en la pagina de la emisora.

sábado, 21 de enero de 2012

¿Dónde aumenta el riesgo vial?, las cifras porteñas



¿Cuál es el talón de Aquiles para el uso seguro de las redes urbanas de tráfico? La respuesta la puede dar cualquier transeúnte de Montreal, de Nueva York, Montevideo, Buenos Aires, o cualquier otra ciudad del mundo, y la respuesta implica también a todas las ciudades argentinas. La respuesta la puede dar también cualquier conductor de vehículo motorizado, que intuye o sabe, igual que el peatón o ciclista, que el riesgo vial aumenta cuando tiene que cruzar una intersección poblada de otros usuarios motorizados. Entre las propuestas más ingeniosas para denunciar el problema, está la del austríaco, Hermann Knoflacher, ingeniero en transportes, que ya en 1975 imaginó "la marchamobil" para denunciar el abuso automotor sobre los peatones.

 
Por eso mismo es que una de las primeras cuestiones que las autoridades abordan en cualquier plan de seguridad urbana peatonal es qué porcentaje representa el tránsito vehicular sobre el conjunto del tráfico en la zona en la que se espera intervenir. 

Por ejemplo, en la ciudad de Montreal (Quebec-Canadá), las autoridades siguen a pie juntillas la recomendación del Departamento de Salud Pública que encontró que el número de vehículos en circulación es el factor que tiene mayor incidencia en la determinación del número de colisiones que sufren los peatones y los ciclistas. Por eso dónde pueden, reducen el número de vehículos que utilizan calles residenciales para ir al centro, y los redistribuyen en las grandes avenidas, pero además mantienen funcionando el transporte público, buses y subte, toda la noche.

En Buenos Aires, este criterio no es desconocido por las autoridades. En todo caso faltan más medidas para implementarlo con todas sus consecuencias. Pero, por ejemplo, el actual plan para el micro centro con más peatonales y mejor señalización es obviamente una respuesta aplicada al reconocimiento del problema que visibilizan las cifras de las planillas (REN) de la Dirección de Estadística Vial del Ministerio del Interior, para el Observatorio Vial, y que las autoridades de la Dirección de Seguridad Vial de la Ciudad entregan para la estadística oficial. 

El mayor riesgo vial en el medio urbano, surge de la relación entre el volumen de la circulación motorizada y el número y el uso de las intersecciones. Y cuando analizamos la ciudad de Buenos Aires, advertimos que esta relación tiene también su terrible correlato. En el año 2010, sobre el total de hechos de transito producidos, en números 9.239, (con víctimas fatales y lesionadas), nada menos que 7.398, se produjeron en intersecciones. Es decir que el 80% de los hechos de tránsito implicaron los cruces de avenidas y/o calles. 
Que el impacto es absolutamente desigual entre peatones y usuarios motorizados (conductores y pasajeros) también se observa en las cifras. En 2010, sobre un total de 104 víctimas fatales, 44 fueron peatones, y sobre un total de 9833 lesionados, 2591 fueron peatones, o sea más del 26% de los heridos. Cómo sobrevivieron a las heridas sufridas por el brutal impacto de un vehículo en movimiento, no lo sabemos. 

No está de más recordar la vulnerabilidad absoluta de los peatones que no tienen manera de prevenir traumatismos durante el choque, como sí lo hace, y cada vez, más, la industria automotriz, con los sistemas que instala dentro de sus unidades: cinturones de seguridad, y más recientemente los airbag o bolsas de aire, entre los más modernos objetos protectores contra choque.